A MI PADRE
Por: Patricia Garza Soberanis

No tuve la dicha de haberte conocido,
de compartir aquello que hubiéramos querido,
refugiarme entus brazos, ser tu niña adorada,
mas hija tuya soy y me siento afortunada.
Se que tú estás ahí, en algún buen lugar
donde las almas limpias encuentran la paz;
de regreso al amor infinito de Dios
que a los buenos se lleva a un sitio mejor.
Y la estela de luz de tu paso en el mundo,
brillará para mi, orientando mi rumbo,
porque vives en mí por designio divino,
como estrella que alumbra el incierto camino.

*de mi libro La Rosa de Plata

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